Desafíos

¡Hola, amigos! Hoy estaba pensando en los desafíos. Cada día, al levantarnos, al encarar el día, nos enfrentamos a distintos desafíos. La vida es un discurrir de diarios desafíos que debemos ir sorteando; algunos ya conocidos, los tenemos como meta a alcanzar; otros, son imprevistos, nos aparecen sin avisarnos y, muchas veces, nos colocan contra las cuerdas. Pero, también hay desafíos de los buenos, aquellos que nos movilizan y nos hacen ir hacia adelante, crecer, mejorar como personas y como profesionales.

Siempre es bueno proponerse desafíos, metas a alcanzar, sobre todo en el plano profesional o artístico. No importa lo rápido o lento que se puede resolver el reto o alcanzar la meta prefijada, lo importante es proponérselo, ser constante y avanzar hacia ellos con empeño. Todos nos vemos tentados a quedarnos amodorrados en nuestra zona de confort, pero no hay mejor cosa que alejarnos de esa zona y avanzar hacia una etapa, un estadío superior.

Este año que está arrancando es un año de desafíos para mí. Unos cuántos personales, que encararemos junto a mi pareja con más vigor que nunca y varios profesionales. Este año estoy con ganas de encarar proyectos más ambiciosos, más complejos, diversificarme en cuanto a formatos y géneros y lograr publicar en otros lugares, fuera del país, como así también dedicarle mucho más tiempo a la parte narrativa literaria que quedó relegada por la Historieta. Por lo que, mis energías y mi planificación están todas orientadas a esas metas. No tengo idea si lo lograré, o cuánto llevará este arduo viaje que pretendo emprender, pero estoy decidido hacerlo. Se trata de eso, de sacudirse la modorra, de espabilar y dejar atrás la zona de confort y avanzar hacia nuevas metas, nuevos destinos, enfrentar desafíos nuevos, para sentirnos vivos y nunca perder de vista el propósito por el cuál estamos en esta vida, que es corta y pasa demasiado rápido.